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Volcanes
Quizás
esta vez, estar en la cárcel fue un golpe de suerte.
El
año era 1902. Por más de un siglo, el pueblo de
St. Pierre en la isla de Martinica había sido la capital
no oficial de las Antillas Francesas, la "París
del Caribe". Naves de todos los tamaños y de todos
los países comerciantes de Europa pasaban por su puerto.
Hermosas casas, adornadas con muebles elegantes y obras de arte,
insinuaban las grandes fortunas que habían sido hechas
en la isla por el comercio de algodón, tabaco y azúcar.
Lo último en la moda de París adornaba las mujeres
que caminaban codo a codo en las apacibles calles de St. Pierre.
La vida social del pueblo era acentuada con los bailes de máscaras,
las recepciones gubernamentales y los carnavales (y también
con los linchamientos colectivos o cremaciones en los postes,
pero esa es otra historia). Y en el fondo, bien arriba de las
lujuriosas mansiones y de los paseos en los bulevares, yacía
el majestuoso, siempre verde Mount Pelèe.
El mes era Mayo. Por semanas, unos pequeños
estruendos, pequeñas nubes de cenizas y el hedor a azufre
había causado gran consternación entre los vecinos.
El gobernador, creyendo que estos estruendos significaban apenas
que la montaña se estaba "limpiando la garganta"
le daba encendidos discursos a los residentes. El convenció
al pueblo de que permaneciera en St. Pierre, a pesar de que
los hechos que indicaban una eventual explosión de la
montaña eran cada vez más claros.
El día era el 8. De repente, una avalancha de llamas,
cenizas y gas hizo erupcipon a través de la chimenea
del Mt. Pelèe, descendió por las laderas a 100 millas
por hora e irrumpió en el pueblo de St. Pierre. En unos
pocos minutos una nube de gases venenosos barrió sobre
el pueblo y la bahia, encendiendo las naves que allí
se hallaban ancladas. De los 30,000 habitantes que se estimaba
tenía el pueblo, sólo uno sobrevivió --
un asesino convicto que se encontraba en la cárcel. Las
macizas paredes de la cárcel, que se encontraba parcialmente
bajo tierra repelieron el abrasante calor y protegieron a este
prisioner suertudo de la furia del Mt. Pelèe. Otro sobreviviente,
una pequeña que se escundió en una caverna.
Talleres de Vulcano
Los volcanes han estado haciendo erupciones
en la tierra desde el mismo momento de la formación del
planeta, y hay evidencia que muestra que también han
hecho erupción en otros planetas del sistema solar. Son
los más impredecibles. Por siglos, o aún milenios,
las montañas volcánicas permanecen quietas, en
silencia -- como regios telones para la gente que vive a sus
sombras. Luego, repentinamente, vuelven a la vida, quizás
expeliendo pequeñas cantidades de cenizas, vapores y
gas en la atmósfera, quizás haciendo erupción
con una gran violencia. Los romanos creían que los volcanes
eran los talleres subterraneos de Vulcano, el dios del fuego
y de la metalurgia. El nombre de este dios romano dio origen
a la palabra "volcán".
Un volcán es una chimenea (abertura)
en la corteza terrestre que emite rocas derretidas, escombro
de rocas, gases y vapores originados dentro del planeta. Funciona
como un tubo gigantesco a través del cual los materiales
supercalientes encerrados en el manto terrestre (la capa entre
la corteza y el núcleo central) pueden escapar a la superficie.
Por miles de años se acumula un cono de material volcánico
alrededor de la chimenea, empujándolo hacia arriba.
¿Consideraría que los volcanes
son más constructivos o destructivos? Los científicos
consideran a los volcanes como fuerzas "constructivas".
Esto es porque generalmente los volcanes generan nuevas formaciones
terrestres. Fuerzas “destructivas” son aquellas
como la erosión o el clima, las que destruyen las formaciones
terrestres en pequeñas piezas de suelo o granos de arena.
El proceso de formación y destrucción de rocas
se llama "ciclo de las rocas". Los volcanes contribuyen
a este ciclo trayendo rocas derretidas a la superficie para
crear nuevas formaciones. Con los años, estas formaciones
son erosionadas por el clima y otros fenómenos, creando
sedimentos que son enterrados, luego compactados, calentados,
rederretidos y recristalizados formando rocas nuevamente. Eventualmente,
estas rocas vuelven a la superficie de nuevo, y el ciclo comienza
nuevamente.
Con suficiente "construcción"
volcánica se llega a formar una montaña.
Algunas de las montañas volcánicas se forman sobre
la superficie terrestre. Otras montañas volcánicas
se forman en el fondo del océano, para convertirse en
islas que salpican los diferentes mares de la Tierra. La isla
de Martinica es una de estas islas.
Mapa de relieves submarinos
de una porción del Caribe que incluye Puerto Rico e islas
que se extienden hacia el este y sur hasta Montserrat. No se
muestra a Martinica. Note las formaciones terrestres que resultan
de los procesos volcánicos en esta area (coloreado en
verde, naranja, amarillo y blanco). Estas porciones sobre agua
son mostradas en blanco y aparecen en los mapas como islas.
Muchos científicios creen que la actividad volcánica
en esta área se debe a que la placa de Norte América
de desplaza debajo de la placa Caribeña (fijarse en las
flechas). Imagen cortesía de USGS.
Hágase a un lado don Everest.
El volcán ahora durmiente de Mauna Kea en Hawaii,
que generalmente se cubre de nieve en el invierno, mide
9,754 m desde el lecho submarino hasta el pico, convirtiéndolo
en la montaña más alta. El Everest mide solo
8,848 metros. Sin embargo, debe ser aclarado que sólo
4205 m. del Mauna Kea se encuentran sobre el nivel del mar.
¿Cuántos hay?
Hay alrededor de 1,300 volcanes potencialmente activos en
el mundo hoy en día. |

Preguntas de Repaso
- Describa tres maneras en que los volcanes son destructivos.
- Describa tres maneras en que los volcanes son constructivos.
- Piense por un minuto. ¿Por qué la gente elige
vivir en un área de actividad volcánica?
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